RESTAURANTES

Tapas y arroces a los pies de la Sagrada Familia

En las grandes ciudades como Barcelona a los turistas y a los que viven en barrios muy frecuentados por el turismo les es difícil encontrar restaurantes en los que comer platos elaborados con productos de calidad y a buen precio. Una ‘rara avis’ es Casa Ángela, un establecimiento situado a los pies de la Sagrada Familia que está triunfando entre locales y extranjeros gracias a cuatro puntales: las inmejorables vistas a la obra de Gaudí que se tienen desde su terraza, su horario –puede disfrutarse de su cocina del desayuno a la cena pasando por el vermut gracias a su servicio ininterrumpido–, y su gastronomía, basada en tapas y arroces.

En Casa Ángela manda la mejor tradición culinaria de Barcelona bajo la supervisión del chef Steve Molina. Todo se elabora allí mismo en porciones siempre generosas, icluidos los postres (excepto los helados que les sirven de una heladería artesana cercana).

Los arroces llegan a la mesa en su punto, con un ‘sucarrat’ perfecto. Destacan el marinero (con calamar, almejas, gambas y alcachofas) y el campero (con butifarra de Calaf y espárragos trigueros), pero también ofrecen el de pulpo (con mejillones, pimentón dulce de La Vera y un toque de allioli), el negro, el de pollo, el de verduras… hasta un total de siete variedades, a los que se añade la fideuà de marisco.

Pero antes de llegar a los arroces recomendamos empezar con unas tapas para abrir boca. Hay que probar los refinados buñuelos de bacalao, las picantonas bravas que llevan una mahonesa sin huevo y salsa chipotle, sus famosas gambas al ajillo –que sirven sin cabeza y ya peladas, ideales para los que no quieran ensuciarse las manos– y las croquetas de temporada como las de jamón ibérico, de carrillera de cerdo, de ‘ceps’ con trufa y de chipirones. Lo ideal es pedir una de cada y así probarlas todas.

Casa Ángela cuenta con dos locales en el nº13 y el nº15 de la Plaza de la Sagrada Familia, ambos decorados con un mobiliario vintage auténtico que crea una atmósfera única e informal; cosmopolita pero sin perder la esencia que se ha respirado siempre en los bares de barrio de toda la vida. Y es que no debemos olvidar que aunque Casa Ángela lleva abierto desde 2017, tanto el negocio como el barrio tienen mucha historia.

En definitiva, Casa Ángela es sinónimo de una cocina tradicional honesta que puede disfrutarse con un lujo añadido no incluído en el precio (que de medía serían unos 25€): las vistas a la fachada de la Sagrada Familia.

Si Gaudí viviera probablemente se sentaría en la terraza de Casa Ángela para ver cómo evoluciona su obra. Él ya no puede hacerlo, pero nosotros sí.

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