VINO
Raimat inicia la vendimia más temprana de su historia
29-julio-2022
El calor de las últimas semanas obliga a la bodega a iniciar la vendimia en julio por primera vez.
El esfuerzo realizado por la bodega para adaptar la viña al cambio climático garantiza la calidad de la cosecha de este año, a pesar de las altas temperaturas y la sequía.
La bodega Raimat (D.O. Costers del Segre) inicia hoy, 29 de julio, la vendimia más temprana de su historia. Por su situación (a 15 km de Lleida) y su clima, ya es, tradicionalmente, una de las primeras bodegas de toda Europa en empezar la vendimia. Pero este año, las altas temperaturas la han obligado a avanzarla prácticamente una semana.
A pesar de las olas de calor de este verano y la sequía, la vendimia se inicia con optimismo tanto en cuanto a la calidad como la cantidad de uva. Joan Esteve, director técnico de la bodega, asegura que “la previsión es obtener una vendimia de muy buena calidad, muy sana por la escasez de lluvias, y muy equilibrada”. Según Esteve, la temperatura mediana en Raimat “no ha sido excepcionalmente diferente a la mediana de la última década” pero, en cambio, sí han tenido más afectación las olas de calor, principalmente la que se produjo en junio. Además del calor, la sequía de este año tanto en invierno como en primavera también han sido destacables.
Pese a estas condiciones climáticas, no habrá afectación en el volumen y calidad de la cosecha, que se prevé similar a la del año pasado, con 6,5 millones kg de uva, el 100% ecológica, para los vinos de Raimat. Gracias al riego de apoyo con el que cuentan las viñas, el impacto de estas afectaciones será mínimo. Hay que recordar que, en 1914, Manel Raventós, propietario de Codorníu, compró el terreno, infértil, y lo convirtió en una de las fincas vinícolas más grandes de Europa gracias al canal que lleva agua pura procedente del deshielo de las nieves del Pirineo.
Destacar que aunque la viña requiere poco gasto de agua, Raimat lo ha reducido más de un 20% en los últimos años gracias a sistemas de riego inteligentes y de precisión. Como recuerda el director de la bodega, “el clima y la situación geográfica hacen que, desde hace años, Raimat esté innovando para reducir gasto de agua o combatir plagas sin químicos. Esto nos ha convertido en el centro de investigación y desarrollo vitivinícola líder en nuestro país y un referente en programas de sostenibilidad y medio ambiente.”
Unas 80 personas participarán en la vendimia de Raimat, que empieza con la cosecha de la variedad chardonnay. Después será el turno del pinot noir y de variedades como albariño y xarel·lo, y más tarde el tempranillo, syrah, etc. La última variedad en vendimiarse será el cabernet sauvignon, que se prevé que se empiece a cosechar hacia mediados de octubre.
Raimat tiene una de las mayores superficies certificadas como ecológicas de todo el mundo y a día de hoy todos sus vinos ya son ecológicos. Esta primera vendimia se hace durante las horas más frescas del día, de forma manual y por una sola cara de la cepa, consiguiendo la selección de la mejor uva, con el objetivo de obtener expresiones únicas a nivel de sabor y aromas. Una minuciosa selección que busca conseguir unos vinos equilibrados, intensos y únicos.
I+D para ahorrar agua
Desde hace 20 años, el grupo Raventós Codorníu, al que pertenece Raimat, colabora activamente con el Instituto de Investigación y Tecnologías Agroalimentarias (IRTA) con el objetivo de mejorar la calidad del vino a través de una gestión eficiente del riego. Se han llevado a cabo, hasta ahora, más de 40 actividades que han dado pie a 25 artículos publicados en revistas científicas. Entre otros hitos, se ha conseguido reducir el consumo de agua de riego un 20% gracias a la aplicación del riego de precisión. Para conseguirlo, se utiliza la última tecnología en programación de riegos, teledetección y modelos de cultivos. También se han aplicado mejoras en la ingeniería de la red de riego mediante protocolos de sectorización por parcelas basada en técnicas de teledetección para obtener zonas más homogéneas y poder tratarlas de forma conjunta.
Esta gestión eficiente del agua, junto con el manejo de las cubiertas vegetales (diferentes especies de hierbas cultivadas entre las líneas de cepas) han contribuido a que en estos últimos 20 años se haya conseguido regenerar los suelos de manera muy significativa, mejorando la biodiversidad, la fertilidad natural y un mayor equilibrio de las cepas. Todo esto ha hecho posible una agricultura regenerativa más sostenible.