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Tras algunos deambulatorios de reciclaje profesional, Miguel, chef imprescindible, vuelve a plaza coquinaria de tronío, el restaurante Ataclub, en el espacio que otrora ocupo el mítico La Nicolasa.
De ascendencia francesa y más concretamente occitana, por vía materna, Miguel se formó culinariamente junto al chef francés Alain Gigant y desde 1988 a 2013 hizo su propia en la mítica Taberna de Liria, templo madrileño a lo largo de ese tiempo del más genuino slow food hispano.
Chef de conceptos macizos y finísimamente pulido durante varias décadas de formación y practica contrastada, ha extendido su actividad a los campos de la docencia y la divulgación mediática, tanto en prensa escrita, colaborando en Diario 16, El Mundo y El País, como en canales televisivos, donde dejó huella con programas de Canal Cocina como Va de trucos o Cocinarte, en el que junto a Ulía Ishi-Kawa trufaba arte y gastronomía, o en otros soportes como fuera el caso de la web Slow Food.es.
Autor de los libros La cocina de Plinio, Veinte recetas de amor+un sollozo de amor, y La Cocina de El Quijote, en septiembre de 2013 se puso al frente de la cocina de El Chiscón, donde, respetando escrupulosamente las señas de identidad del local, fue deslizando toques personales de glamour humilde y quedo. Allí, su buen hacer coquinario se redondeó en algo charmant, adjetivación francesa que remite a una larga polisemia que incluye elementos como amable, elegante, cautivador, saleroso y sandunguero. Algo así es ahora la oferta que está pergeñando para Ataclub, donde Alberto Chicote tuvo su NODO, un espacio de referencia en la oferta gastronómica capitalina. Suerte y al toro, maestro. Miguel Ángel Almodóvar
