RESTAURANTES
La sobremesa cobra sentido en Sintonia
17-mayo-2019
Es Sintonia es un nuevo espacio gastronómico situado en el Eixample barcelonés, concretamente en el Gallery Hotel, que nace acompañado de un original scotch bar para que la sobremesa adquiera todo su significado. Porque esa es la idea, aprovechar el tiempo sin mirar el reloj, dejando las prisas en ese coqueto pasaje por el que se llega también a los jardines del Palau Robert.
Libre de cargas, entrarás al nuevo restaurante en sintonía para que el chef Pablo Tomás te haga disfrutar. Tras pasar por elBulli, Arzak o Via Veneto, este aragonés se ha hecho fuerte en Sintonia, donde ha plasmado saberes y sabores en una carta de autor y producto, también adaptada a usos y costumbres sin restricciones. La cocina está abierta de 12.30h a 23:30h. Tú mandas, tendrás tiempo. Sintonia no dobla mesas.
Lo harás con una propuesta que cambia
por temporada y voluntad de chef, donde el producto se impone tras horas de
cocina y arroces de montaña, trinxat de kale, salmón ahumado o brazos de gitano
ruso -una curiosa ensaladilla rusa envuelta en una patata de causa cocida y
chafada y acabada con mayonesa y encurtidos-. Es punto de cocción de patata y
juego de encurtidos, es trampantojo. Volver a la base para dar una vuelta.
Tomás juega.
En la carta de Sintonia también hay sitio para la historia mediante el apartado de clásicos de la gastronomía universal que irán cambiando (bullabesa, carbonara, papillote de merluza, solomillo, parmentier y Café París…), así como para los steaks tartar y las piezas enteras para compartir entre 2, 3 o 4 comensales, finalizando ambas propuestas en mesa y a voluntad del comensal. Es en los steak donde Sintonia enfatiza, presentándolos con un continente y unos recipientes creados ad hoc por José Piñeiro y toppings a elección (caviar, ostras, anguila ahumada, huevo frito, mascarpone…) para completar.
La propuesta se completa con una
relación de snacks y picoteo (ostras, hummus con sticks de zanahoria, ostras al
natural y a la brasa, croquetas de pollo rustido, o berberechos, anchoas 00,
gildas y tablas variadas) para cubrir el entre horas, la buena sobremesa. También
sirve al propósito de nexo entre ágapes la carta de postres. Cheese cake,
cruasán ahumado con crema de leche; mango, coco y pandan, o gianduja, café y
toffee. Tomás se reinventa.
No es un menú degustación. Sí que
es un menú de mediodía
Para curiosos, aparece el Menú En Sintonía (39€ con bebida, +12€ maridaje), el degustación de Sintonia pensado para compartir y dirigido al centro de la mesa. Un menú que irá evolucionando siempre con platos de la carta para captar esencia con divertimento, como también se puede hacer a mediodía con su fórmula.
Sin ser un ejecutivo como tal, la Sintonía de Mediodía ofrece un acompañamiento a elegir (hojas verdes, escalibada a la brasa verduras de proximidad, crema o sopa del día o patatas fritas) más todo lo necesario para completar un menú con la elección de un plato cualquiera de la carta. El precio final, añadir 5€ al coste del plato escogido (opciones de 8 a 45€). Es vivir la carta con presteza y agilidad. En Sintonia mandas, y nadie está más tiempo si no quiere.
Si es el caso, si así lo deseas, seguirás con el equipo de sala comandado por la maitre Patricia Pacho, y podrás fácilmente volver el hambre a media tarde. Tocará dulce. En Sintonia, como en tu casa, la sobremesa no se entiende sin bizcocho, o cookies, que irán saliendo en bandeja de camarero a cualquier hora vespertina.
Tu sobremesa, tu espacio
Sintonia redunda en la importancia de la sobremesa, en disfrutar, en que el tiempo cuente. Lo hace en un espacio clásico traído al s.XXI, con dos zonas divididas por juego de luces como dos espacios en uno para escoger. Por un lado, la sala interior, más tenue; por otro, allá donde impacta la luz natural, la terraza interior descontaminada de ruido y repleta de flores y detalles. Y el llamado invernáculo, la pre-terraza, un espacio ganado a la sala que también bebe del cielo cristal mediante. Tú escoges. Tienes tiempo. Podrás cambiar.
La decoración de todas las
estancias cuenta con materiales nobles (mármoles, madera natural, piedra…) y
estilo contemporáneo. Solo la tapicería de las sillas rompe una sobriedad
cromática que acoge. Ayuda una iluminación dirigida que otorga intimidad,
tranquilidad, que crea ambientes para confidencias y sobremesas
semi-prohibidas. Las públicas, donde el claro del cielo llega al suelo.
Una carta líquida para todas las
horas
Sintonia cuenta con una carta de vinos de 100 referencias eminentemente de pequeños productores, incidiendo en la voluntad gastronómica de confianza. Elaborada por Pacho, en ella cobran especial protagonismo los vinos catalanes, así como los champagne o los espumosos o los vinos por copa. Para el entre horas, la propuesta se diversifica con una selección de vermuts y vinos levantinos, manzanillas o aperitivos de bergamota. Novedades, curiosidades y clásicos, sólidos y líquidos.
Eliges el vino y también eliges
el café. Éste, como la carta, es curioso y cambia por temporada, pudiendo ser
espresso (de finca) o de filtro, que se infusiona con una Chemex delante del
cliente.
SINTONIA Scotch Bar
El bar anexo al restaurante, al que acudir entre horas o para comidas informales, baja las luces a media tarde y se convierte en un scotch bar único en su especie. Nacido en la mente de Patricia Pacho, sumiller con años de experiencia en el sector, el scotch bar de Sintonia dispone de una larga barra y varias mesas diseminadas, y una carta de cócteles propios y reinventados en los que solo reina el whisky, una bebida, por cierto, que conlleva tranquilidad y disfrute, principios rectores de Sintonia. Son más de 70 referencias (con copas de 7 a 24€) eminentemente escocesas, también con guiños a otras zonas productoras del mundo.
También aparecen 12+1 cocktails,
siendo el 13 el que cambia por temporada. En su mayor parte artesanos, todos
ellos cuentan una historia y buscan aliados en casa, elaborando siropes e
ingredientes añadidos. Entre ellos, el Sour Land: “The Liberties”, un whisky
sour a base de Tellings Small Batch y sirope de Guiness; el Seaweed Umami, un
cocktail de sabor umami de mar trabajado con té matcha mezclado y reducido en
cocina, o el Redlegs Tiki, uno refrescante y con piña que explica el periplo de
los primeros esclavos blancos (redlegs) vendidos a los cultivadores de azúcar
en Barbado.
La carta se completa con una serie de cocktails clásicos a base de whisky versionados con menos alcohol, y con los mocktails, los cocktails sin alcohol pero de creación propia. Todos, unos y otros, llegan a la mesa con su snack correspondiente. La sobremesa, el relax y el placer son holísticos. Déjate ir. Sintonia acoge.