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La D.O. Terra alta, contraria a la masificación eólica de la comarca

Después de que el pasado mes de abril, el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Terra Alta ya emitiera un comunicado en que mostraba su posición contraria a la implantación de 3 nuevos parques eólicos a la comarca de la Terra Alta (Vilalba dels Arcs, La Pobla de Massaluca y Batea), la DO vuelve a levantar su voz contra un proyecto que, asegura, es del todo contrario al modelo territorial y económico de la comarca.

La parte norte de la comarca ya tiene en servicio 10 parques eólicos y, a pesar del impacto paisajístico que ya suponen en la zona, sólo representan el 45% de los parques previstos. Actualmente, hay 15 parques más en proceso de tramitación, concretamente a las poblaciones de Vilalba dels Arcs, Batea, La Pobla de Massaluca, Corbera, Gandesa, Horta de Sant Joan y Pinell de Brai, de los cuales 3 han sido ya aprobados, con anuncio de exposición pública. Un dato que preocupa A una comarca con un eje económico y social eminentemente agrícola, y que apuesta por la preservación y el respeto por el paisaje y el turismo sostenible.

La Terra Alta se encuentra en un momento de expansión, creciendo en nombre y prestigio, y proyectándose al mundo gracias a los esfuerzos conjuntos de un sector primario que se ha fijado como objetivo prioritario la calidad de las producciones, y que trabaja conjuntamente con el sector de servicios ligados al turismo rural. En cifras, hablamos de casi 6.000 tienes que viña, 1.255 viticultores que producen 44 millones de kg de uva, 52 bodegas de los cuales 42 son embotelladoras de unos 7 millones de botellas de vino; unas 6.200 ha de olivos, con una producción de 2,3 millones de kg de olivas y 17 empresas comercializadores que elaboran 450 toneladas de aceite certificado con DOP; 23 restaurantes; 45 empresas que ofrecen alojamiento; y 13 empresas que ofrecen servicios turísticos.

Ante el futuro incierto que plantea esta nueva masificación eólica en la comarca, personas, empresas y asociaciones vinculadas en el territorio y el paisaje, plenamente a favor de las energías renovables como recurso imprescindible para la salvaguarda del medio ambiente, pero también en desacuerdo con el modelo territorial que se está imponiendo en la comarca, se unen para manifestar su posición contraria y defender sus intereses y el futuro del territorio.

Las instalaciones eólicas existentes no han revertido en positivo en el territorio, y se han llevado a cabo sin una distribución ambientalmente sostenible. La autorización de nuevos parques tampoco tiene en consideración la viabilidad paisajística y ambiental de la comarca, dejando atrás conceptos legalmente definidos como por ejemplo “sostenibilidad”, “capacidad de carga ambiental”, “minimización de los impactos acumulativos” o “conservación de la calidad y del valor del paisaje”.

Esta masificación eólica entra en contraste también con muchos de los proyectos que están en marcha a la comarca, y que han sido impulsados y subvencionados por la administración pública, como por ejemplo el Concurso Internacional de las Garnachas del Mundo, que en abril del 2018 llevará a más de 300 prescriptores de todo el mundo a conocer la Terra Alta como zona productora de vinos; el proyecto intersectorial de la Ruta del Vino de la Terra Alta, un proyecto colaborativo de gran importancia para la comarca; o la apuesta real por la enoturismo y el oleoturismo con el objetivo de luchar contra la despoblación y el envejecimiento de la población activa en esta zona.

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