Garnatxa de Cérvoles
31-marzo-2017
Toda una experiencia de fruta fresca y caramelos
Es la gran apuesta de la bodega leridana Cérvoles Celler por un vino joven que busca la verticalidad y pureza de la variedad garnacha. Sin maquillaje, sin máscaras. Fruta en su máxima expresión. Sutil, con un carácter evocador y cautivador
Garnatxa de Cérvoles
Tipo: Vino tinto
D.O.: Costers del Segre
Variedad: Garnacha
Graduación: 14,50% vol.
PVP: 13,95€
Garnatxa de Cérvoles es un vino joven que expresa la pureza de la única variedad con la que se elabora: la garnacha. Acaba de afinar su carácter en tino de roble francés de 4.000L. Vinificación, en parte, con todo el raspón. El resultado en la copa y en la boca es una explosión de fresas, grosellas, moras… ácidas golosinas y profundas especias. Un vino que hace honor a esta variedad autóctona gracias a la singularidad de Cérvoles y a la viticultura de montaña que se practica a más de 700 metros de altura. Se recomienda servir a una temperatura entre 12º y 16º. Imprescindible con un confit de pato y platos de dulce contraste.
Homenaje a un territorio vinícola ancestral
Algunos proyectos exigen la perspectiva que sólo da el tiempo para que pueda apreciarse su verdadera dimensión. Es el caso de Cérvoles Celler, el reto que emprendió Tomàs Cusiné hace ya 20 años con el propósito de rendir homenaje a un territorio vinícola ancestral, recuperando una práctica que por entonces no propiciaba mayor interés en el mundo del vino: la viticultura de montaña.
Habituado a trabajar el viñedo en las llanuras de Urgell –en los dominios de Castell del Remei, la propiedad que su familia adquirió en 1982– Cusiné vivió el descubrimiento de los viñedos de La Pobla de Cérvoles (Lleida) como una auténtica revelación, una inmejorable oportunidad para replantearse su trabajo como viticultor, asumiendo un profundo compromiso con el paisaje de Les Garrigues y con su gente. El proyecto representaba, también, un regreso a los orígenes, sin que ello implicara dar la espalda a los avances tecnológicos del presente (y el futuro).
Así, en 1997, nacía Cérvoles Celler, una bodega concebida para producir vinos de finca de gran calidad, que fueran una clara expresión del territorio en el que se cultiva y con la mirada orientada hacia lo más alto: el primer proyecto de viticultura de montaña que se concibió en Cataluña.
Compromiso con el paisaje
En 1997, los propietarios de la centenaria bodega Castell del Remei descubrieron las excelentes características de los viñedos de La Pobla de Cérvoles (Lleida), adquiriendo la propiedad de Cérvoles Celler, con 32 hectáreas de viñas –plantadas entre 1970 y 1989– y una pequeña bodega donde poder elaborar las primeras cosechas.
Para Tomàs Cusiné, entonces un joven e inquieto enólogo que había iniciado su actividad profesional en la propiedad de su familia, Castell del Remei, el hallazgo de los viñedos de Cérvoles representó la consecución de un sueño: poner en marcha un proyecto inspirado en la viticultura de montaña.
Las condiciones que ofrecía Cérvoles alimentaron con la mayor ilusión el sueño de Cusiné: una finca única en tierra de Les Garrigues, a pie de sierra, con diferentes parajes, de terruño calcáreo y pedregoso; viñas con rendimientos muy limitados, pero de gran calidad, que brindan uvas que aportan color, potencia y estructura, con un carácter aromático único que dotan a los vinos de una personalidad nítida y diferenciada.
Cusiné se sigue reafirmando, veinte años después, en su compromiso con el paisaje, que exige asumir día a día nuevos retos, desarrollando una gestión orgánica regenerativa que pone en foco los varietales autóctonos y mediterráneos.
Por su excepcionalidad y por su vocación de elaborar vinos de pago, Cérvoles Celler pertenece, desde sus inicios, a la reconocida asociación Grandes Pagos de España.
El carácter único de una finca de montaña
Cérvoles Celler se encuentra entre 700 y 750 m, en Les Garrigues, la subzona más meridional de la D.O. Costers del Segre. Las diferentes parcelas que conforman la finca tienen variadas vertientes e insolaciones, disfrutando de una climatología muy suave a pesar de los rigores propios de la zona, gracias a la influencia de los vientos matinales secos de poniente, aquellos más húmedos, de origen marítimo, que soplan por las tardes refrescando el ambiente e incrementando el contraste térmico entre el día y la noche. Estas parcelas se benefician además de una pluviometría adecuada para la viticultura de calidad: en torno a 450 mm de media anual.
La textura de los suelos es franca (franco-limosa, franco-arcillosa), con diferentes niveles de gravas. La permeabilidad de estas gravas subterráneas confiere un buen drenaje en la planta, mientras que las arcillas contribuyen a conservar la humedad, completando un equilibrio hídrico óptimo para el cultivo de la vid.
El conjunto de estas singulares condiciones confieren al terruño de Cérvoles un carácter único y excepcional donde crecen cepas principalmente de garnacha tinta, tempranillo, syrah, cabernet sauvignon, merlot, macabeo y chardonnay; plantadas entre 1970 y 1989.
Una bodega bien equipada
Equipada con la última tecnología enológica, la bodega de Cérvoles Celler ha sido diseñada a medida, considerando el tamaño y la producción de las diferentes parcelas de viñedo, de modo que en cada depósito se fermenta la uva de una variedad y parcela determinada.
Cabe destacar el particular sistema de carga de la vendimia por la parte inferior de los depósitos, mucho más respetuoso con el fruto, entre otras cosas porque evita las laceraciones en la piel de las uvas.
Para la composición del parque de barricas, la bodega ha tenido en cuenta los distintos tipos de roble de crecimiento lento y tostados especiales, seleccionando aquellos toneleros que proveen las barricas que aportan los matices y caracteres que Cérvoles considera adecuados para preservar el equilibrio y la complejidad de sus vinos; es decir, el bouquet característico de los vinos de esta casa.
Actualmente, este parque comprende 300 barricas, principalmente nuevas, aunque también de primer y segundo año, todas ellas de roble francés.
Agroecología y reciclaje de nutrientes
Estas privilegiadas circunstancias permiten a Cérvoles Celler poner en práctica la agroecología, que se basa en la utilización de principios ecológicos que favorecen los procesos naturales y las interacciones biológicas, con el fin de optimizar y conservar los recursos agrícolas de la tierra. Con este sistema, los nutrientes del suelo se «reciclan» constantemente, garantizando los buenos resultados y la sostenibilidad de la agricultura.
Gracias a estas prácticas respetuosas con el medio ambiente, Cérvoles Celler consigue exprimir en sus vinos la distintiva expresión de las pequeñas parcelas de viñedo de esta finca de montaña, localizada en un entorno natural único.
Tomàs Cusiné, tres décadas en el mundo del vino
Nacido en 1962, Tomàs Cusiné Barber es uno de los enólogos y empresarios viticultores con mayor proyección y prestigio de Cataluña.
Se inició en el mundo del vino tras la adquisición de Castell del Remei por parte de su familia, en 1982. En el año 2003, se alejó de la empresa familiar para iniciar sus propios proyectos: las bodegas Tomàs Cusiné y Cara Nord, en las que pudo poner en práctica sus propias ideas sobre viticultura y enología, impulsando los principios ecológicos, el máximo rigor cualitativo y la innovación técnica a través de la investigación.
Como presidente de la Ruta del Vino de Lleida-Costers del Segre, Cusiné también se ha involucrado en la dinamización del enoturismo de la comarca, promoviendo las visitas a las instalaciones de las bodegas y los viñedos, rutas temáticas, catas y demás actividades.
En octubre de 2014 regresó a Castell del Remei, asumiendo la máxima responsabilidad en su dirección, para continuar afianzando el rumbo de esta bodega histórica, reestructurando el viñedo, renovando la imagen de sus vinos y potenciando el atractivo enoturístico de la finca.
Con la suma de la bodega familiar, Tomàs Cusiné se ha convertido en el impulsor de un dinámico grupo vinícola, con cuatro bodegas: Tomàs Cusiné, Cara Nord, Cérvoles y Castell del Remei. En conjunto, estas bodegas producen anualmente un total de 1.300.000 botellas de vino, en cuatro denominaciones de origen (Costers del Segre, Conca de Barberà, Montsant y Catalunya), que se comercializan en más de 30 países de Europa, Asia, América y Oceanía.
Tras más de tres décadas de trayectoria en el mundo del vino, y 32 vendimias en su currículum, Cusiné ha conseguido alcanzar sus sueños y objetivos perseverando en sus postulados, con una intensa dedicación al trabajo y confiando en la labor del equipo de profesionales que le rodea.
Cérvoles Celler
Avinguda de les Garrigues, 26
25471 La Pobla de Cérvoles (Lleida)
Tel.: 973 580 200
www.cervoles.com