VINO

Gonzo, el nuevo vino de Bodegas Canopy

Alberto Fernández Bombín salta las barreras de su profesión como catador para encargarse de la elaboración del nuevo vino de Bodegas Canopy. Gonzo garnachas felices refleja su personal visión de las míticas garnachas de Gredos y supone además un homenaje al periodismo, su otra gran pasión.

En 1970 Hunter S. Thompson viaja al Derby de Kentucky para escribir un reportaje sobre la famosa carrera de caballos. Retrasado en la escritura del mismo, Thompson decide enviarle al redactor de la revista sus apuntes. Unos apuntes en los que en vez de una crónica deportiva, el periodista desliza la narración hacia los personajes marginales y secundarios que rodean al acontecimiento. El joven Hunter pensaba que iba a ser despedido de forma fulminante, pero poco después el editor le felicitaba efusivamente por su “excelente artículo”. Había nacido el periodismo Gonzo.

Considerado como un subgénero del Nuevo Periodismo, el periodismo Gonzo se define como aquel en el que el periodista abandona la objetividad y derriba las barreras que lo separan del hecho narrado para convertirse en actor e influir en los acontecimientos.

Con esta filosofía nace Gonzo garnachas felices, un vino en el que Alberto Fernández –sumiller y copropietario de Bodegas Canopy, junto con los enólogos Belarmino Fernández y Alfonso Chacón– se involucra con los expertos en la creación de un vino elaborado con las garnachas más frescas y elegantes de la bodega. Un auténtico vino Gonzo con el que Alberto salta la barrera de su profesión como catador de vinos, para contribuir con su experiencia al nacimiento de un vino que refleja su visión de la míticas garnachas de Gredos.

Gonzo garnachas felices es también el particular homenaje de bodegas Canopy al periodismo con mayúsculas en estos tiempos de incertidumbre. Un mensaje de optimismo y respeto por los profesionales que cada día informan y ejercen de imprescindible contrapoder.

Frescura, mineralidad y elegancia son los atributos que definen a un vino pensado para un consumo inmediato, pero que evolucionará hacia la grandeza; un vino que conquistará el corazón de los geeks del vino, esos adorables frikis que buscan en cada copa un paisaje y una expresión del terroir. La garnacha en su máxima expresión y pureza.

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