NUESTROS COLABORADORES OPINAN
Miquel Sen
2-octubre-2013
El tesoro del señor Antonio Cancela
La Guía Michelin tiene distintas lecturas. Una de ellas es la, siempre conflictiva, de valorar las estrellas ganadas o perdidas en su última edición. Otra es saber que son objeto de coleccionismo. En este aspecto el señor Antonio Cancela ha realizado un trabajo impresionante que arranca de un viaje con su familia por la España de los años 80 con la Guía Roja como libro de cabecera. Paulatinamente fue adquiriendo ejemplares antiguos, ediciones escasas, hasta conseguir la mayor colección del mundo, con 728 guías que comprenden los más diversos países.
Antonio Cancela no solo ha coleccionado las guías si no que ha hecho un trabajo de sistematización de datos que podemos ver en su web www.cancela.org. Una visita a esta página incita a un viaje en el que el recorrido será la propia guía. Sabremos que, coincidiendo con la Exposición Universal de París de 1900 Michelin lanzó su primera guía con una tirada de 32.909 ejemplares, todo un reto en un momento en el que en Francia solo circulaban 2.897 automóviles. Se mostraban las características de los hoteles, pero aún no figuraban las codiciadas estrellas de los restaurantes. En 1901 Michelin envía 20 ejemplares a cada taller en los que se montan sus famosos neumáticos. Un año después el libro ya tiene un mapa de Francia. Sigue a esta guía la de Bélgica y posteriormente las de otros países, como Argelia, en 1907 o España, en 1910.
Cada una de estas guías cotiza en las subastas según su rareza. La ya citada de Bélgica cuesta 5.000 euros. Una de Portugal de 1913 puede alcanzar los 3.000 euros, siendo la estrella de las estrellas la Guía de España de 1910 de la que se editaron menos de 1.000 ejemplares. Solo hay localizados 6, dos son propiedad de Cancela y otro del Príncipe de Asturias que lo recibió como regalo en su visita a la fábrica Michelin de Valladolid en 1998. Precio aproximado: 12.000 euros.
Dentro del capítulo curiosidades, la Guía de Francia 1939 USA tiene el rico anecdotario de haberse editado especialmente para el ejército de Estados Unidos que desembarcó en Normandía. La guía mantenía los planos de las ciudades francesas, de la edición del 39, por lo que era de gran utilidad para no perderse en las ciudades liberadas. Dicen que gracias a beber calvados y a disponer de tan buenas referencias geográficas, los estadounidenses hicieron de Francia un enclave cultural. Un tomo de esta versión cuesta 6.000 euros, precio asequible si atendemos que en una subasta del pasado mes de julio un ejemplar de Francia de 1900 se situó por encima de los 15.000 euros. Dicho de otra manera, no debemos desprendernos de las guías rojas, porque aunque parezca increíble, tienen aspectos que jamás caducan. Pero si no hemos sido prudentes, lectores coleccionistas, siempre nos quedará la página web de Antonio Cancela en la que encontraremos todo lo referente a las Guías Michelin, desde cuándo aparecieron los primeros galardones hasta el reparto de estrellas por habitante y país.