GASTRONOMÍA

Celebra el Día del pan como se merece

Para homenajear este producto imprescindible, la Federación Internacional de Panaderos (UIB) decidió proclamar el Día Mundial del Pan, oficialmente, el 16 de octubre.

Granier

Si hay un alimento que ha sido protagonista de la historia de la Humanidad, éste es el pan, del que existen vestigios de que ya era utilizado hace 14.400 años.

El Día Mundial del pan es una jornada para poner en valor la importancia del pan de calidad, elaborado con los mejores ingredientes y con procesos de elaboración artesanales que son beneficiosos para la salud.

Dos ejemplos de obradores de calidad son el madrileño Madreamiga y el catalán Granier.

Madreamiga se convierte en el lugar perfecto para conmemorar este día gracias al saber hacer de Begoña San Pedro y su equipo. De su trabajo resulta una oferta de panes tradicionales y de vanguardia, producidos en su obrador artesanalmente con materias primas de primera calidad. Con los ingredientes más básicos que se pueden encontrar en cualquier despensa –agua, harina, sal– y un poquito de levadura, se puede fabricar un pan buenísimo. Pero, para conseguir la excelencia, el sabor, la textura y los alveolos tan deseados en el interior del pan, se necesita la maestría, la experiencia y el buen hacer que se lleva a cabo en el obrador de Madreamiga. Cuenta Begoña San Pedro, socia fundadora de Madreamiga, que “todas las harinas que usan en Madreamiga son gallegas molidas a la piedra y, por lo tanto, limpias y sin químicos”. Y añade: “Nuestros panes fermentan 24 horas y se hornean en horno de piedra”. Así, Madreamiga ofrece a sus clientes una amplia variedad de panes. De hecho, lo difícil será elegir solamente una entre todas las propuestas que se pueden comprar en Madreamiga. Los sabores van desde las mezclas más clásicas en forma de barra larga y crujiente, la hogaza tan característica de pueblo llamado aquí Pan Miguiña, hasta las más atrevidas como puedan ser el Pan de Espelta o el de Pasas y nueces. No obstante, Madreamiga también cuenta con diferentes variedades de pan de molde, así como brioches para hamburguesas, panecillos para perritos calientes, y su famoso crossipan, la mezcla perfecta entre croissant y pan para utilizar en rebanadas.

En Granier, por su parte, también saben de la importancia de este alimento, por eso sus más de 300 maestros panaderos trabajan cada madrugada para dar forma, cortar, decorar y cocer cada una de las más de 3 millones de barras de pan que se venden mensualmente en sus establecimientos. La compañía ha apostado por un método propio de elaboración del pan y una técnica en la que respeta los procesos tradicionales y las largas fermentaciones, preservando la calidad del producto y permitiéndole asegurar una buena relación calidad precio. Entre las opciones más vendidas en sus establecimientos destacan el pan payés, de olivas, flautín de masa madre y la barra de cuarto, siendo esta última una de las principales referencias de la compañía. Es con la que inició su propio modelo de elaboración del pan y que, hoy en día, sigue siendo la opción más vendida. “El corazón de nuestro negocio es el amor por el pan, que llega puntualmente desde los obradores centrales a nuestras tiendas, donde termina el proceso, para que nuestros clientes puedan disfrutar de una experiencia que fusiona tradición y autenticidad”, explica Silvia Ferrer, directora adjunta de Granier. Por otro, su espíritu de innovación en el modelo de producción se plasma también en su capacidad de diversificación de su propuesta panadera, que en la actualidad se compone por más de 90 variedades de pan.

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