RESTAURANTES

Nueva oferta de mediodía en Jacqueline

El local de Toni Cano se ha convertido, tan solo un año después de su apertura, en uno de los restaurantes de moda en Barcelona al que acuden tanto famosos como extranjeros y barceloneses que cruzan su maravillosa puerta de inspiración modernista atraídos por su ambiente sofisticado, su excelente gastronomía y el trato amable y cercano del personal.

Ahora Jacqueline quiere también ser un restaurante de referencia al mediodía, por lo que acaba de estrenar una propuesta para esa franja horaria (incluidos los fines de semana) con una selección de platos ideales para compartir.

Tortilla con cecina de Wagyú y trufa maridada con un cóctel de autor

Ubicado en una de las calles de Barcelona que más oferta gastronómica concentra como es Enrique Granados, concretamente en el número 66, a pocos pasos de la emblemática Rambla de Catalunya, Jacqueline no ha tardado en hacerse un hueco y por qué no decirlo, sobresalir entre la multitud de locales de la zona. Y lo ha hecho por ser claramente diferente del resto: es un local elegante y sofisticado en el que tanto el ambiente, el personal y la gastronomía están muy cuidados, no en vano el chef de la casa es Dani Padró, que se formó en la prestigiosa Escuela Hofmann de Barcelona.

Como decíamos al principio, triunfa en la noche barcelonesa y ahora quiere hacerlo también al mediodía. Además, la carta de esta franja horaria con platos pensados para compartir es mucho más asequible, algo que siempre es de agradeder. Eso sí, el punto glamouroso que desprende el local se mantiene en esta propuesta más informal porque invitan a maridar los platos –aparentemente sencillos– con cócteles de creación propia.

Entre los platos –cuyo denominador común es la alta calidad del producto utilizado– destaca la ensaladilla de gamba fresca que acompañan con una fina y crujiente tostada que le da el contrapunto perfecto a la cremosidad de la ensaladilla; la tortilla con cecina de Wagyú y trufa o la espectacular Hamburguesa Jacqueline, 200 gr de vaca nacional, en pan de pretzel, que se sirve con una raclette derretida en el momento, o el Bao de panceta cocinada a baja temperatura, mayonesa cítrica de chipotle y cacahuete garrapiñado.

Y para los que no perdonden el postre, hay diferentes opciones, entre las que destacan la Rosa de chocolate blanco y maracuyá o el helado artesanal de pistacho o chocolate.

Todo ello se sirve en ‘El Comedor’, uno de los espacios diferenciados de los que dipone Jacqueline junto con el The Dinner Club, La Barra Japonesa y el Champagne Bar. El Comedor es un restaurante mediterráneo que recuerda al modernismo catalán, con techos altos y una decoración elegante pero contemporánea que crea una atmósfera sofisticada y tranquila que invita a la conversación y a las confidencias. Más información: www.jacquelinebarcelona.com

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